viernes, 17 de agosto de 2012

Qué bonito Skype y... ¡QUÉ PELIGRO!

Hace años, cuarenta más o menos, mis abuelos, que hacía muy poco que tenían teléfono decían: ¡qué maravilla poder oír a otros al momento estando tan lejos! y añadían con verdaderas ganas "y que bonito sería si se pudiesen también ver!

Efectivamente: qué bonito sería poder ver a ese familiar o amigo en la emigración que igual hacía 10 ó 15 años que no veías y que casi nunca hablabas con él: sólo había las cartas, que se guardaban como un tesoro. Todas tan bien escritas con letra de cuento de hadas, aunque eso sí: unas estarían escritas por los propios emigrantes -las menos- y otras muchos por "estudiados" que se habían cuidado de perfeccionar su letra para poder obtener unas perras con ese empleo o más probablemente pluriempleo.


Y hoy hace diez minutos, cuando mi cuñada le estaba enviando un comentario al blog de mi hija, recién llegada a KENTUCKY, vemos en una esquina del ordenador un bocadillo que dice ¡LAURA ESTÁ CONECTADA!

Charo de inmediato nos avisa a todos (el Skype me lo había instalado mi hija este lunes justo antes de marcharse y me había dado una ligera clase que yo ni siquiera había entendido). Me puse muy nervioso y maravillado al ver a mi hija en el otro lado y empezamos todos a hablar como locos, hasta que ella nos dijo que encendiésemos la cámara, que no nos veía. Bueno, pues hasta que dimos pulsado el botón de la cámara pasó un tiempo que a mi me pareció interminable: en ese tiempo bajó mi otra cuñada de la planta de arriba de la casa, mi hija, mi hijo y mi mujer que se acabada de acostar, y yo y mi otra cuñada estábamos hablando por los codos con la niña que no nos podía ver.

Discutiría con cualquiera si me dijese que la alegría que yo llevé al ver y escuchar a mi hija en Kentucky no es la misma que la que tendría el hermano o el padre del emigrante que llevaban 5 años sin hablar ni ver a su familiar. Fue maravilloso: para mí (paleto informático y que nunca antes me había conectado a Skype) fue algo sublime. ¡Tenerla al alcance de la vista y del oído, y gratis!. Eso era demasiado.

Por eso, a pesar de estar totalmente vendidos a los gigantes de internet que disponen de estos maravillosos programas que mueven y almacenan trillones de datos (y dentro de nada hasta gogoles, que por si alguno de vosotros no lo sabe es un 1 y 100 ceros, es decir es un montón de trillones de trillones de trillones, en concreto diez mil millones de trillones de trillones de trillones de trillones de trillones, casi nada). Toda esa información, segundo a segundo, si no lo pueden tener ya, lo podrán tener dentro de muy poco tiempo almacenada en sus cada vez más capaces discos duros, y con ella sabe Dios qué mente podrá pergeñar qué se va a hacer con ella.

Igual que las conversaciones o las videoconferencias o correos que enviamos a la red, las fotos también pueden ser y, de hecho son, archivadas en sus enormes discos duros.

Pero, bajo mi punto de vista, de lo único que debemos preocuparnos es que no le permitan a nuestro vecino que las vea o acceda a ellas sin nuestro permiso, porque si por algún designio divino o humano a algún gobierno -bueno, malo o malísimo- se le ocurre gestionar y utilizar toda esa ingentísima información que en forma de unos y ceros está almacenada en algún sitio podrá ser muy bueno o muy aterrador para todos nosotros.

Pero lo que si es cierto es que a nadie le debe caber duda que en algún sitio está almacenada toda esa información, pues mucho antes que nosotros los que mandan supieron que INFORMACIÓN = PODER y el poder es lo que siempre buscaron los seres vivos y muy especialmente el ser humano: poder sobre los demás. Obviamente, si tienen capacidad para tener poder (es decir, información) no la van a tirar a la basura.


La almacenarán pacientemente y luego ya verán cómo la utilizan: se están convirtiendo en dioses que saben más de nosotros que nosotros mismos, porque sus memorias son mucho mejores que nuestro cerebros, y encima pueden acceder a absolutamente a todo lo almacenado.

Los seres normales que empezamos con el ms-dos e incluso con el cpm en los amstrad o spectrum hace casi 30 años nunca pudimos imaginar que se pudiese almacer tan ingente cantidad de información en tan poco espacio y que se pudiese gestionar de manera tan rápida, como hace por ejemplo google al pedirle que nos busque algo: lo encuentra de inmediato, aunque esté en el último ordenador conectado del mundo, sólo tarda unas décimas de segundo. Podemos decir que eso es con la palabra escrita (en múltiples idiomas), pero estoy seguro de que lo mismo será -o ya puede ser- para la palabra hablada por videoconferencia o incluso para los gestos -con todos los avances en reconocimiento facial, etc.)

Pero no podemos hacer nada: o estamos y confiamos en que nuestros dirigentes todo poderosos sigan necesitándonos para algo o queriendo tenernos por capricho o si no, no nos quedaría otra que desconectarnos del mundo ya, antes de que nos desconecten otros.

Es imposible hoy en día pretender pasar inadvertido a los gigantes de la información y un intento vano el pretender que no sepan muchísimo de nosotros, incluso sin ser conscientes de habérselo dicho. Por ello hay que ser persona normal y corriente como las que hubo en todas las épocas: sólo unos pocos fueron especiales (para bien o para mal) y el resto hicimos lo que ellos marcaron: AHORA EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN TOTAL DE TODOS, sigue siendo exactamente lo mismo, y es absurdo pelear contra ellos, así que RELAJARNOS Y DISFRUTAR de las videoconferencias trasatlánticas mientras sean gratis.


2 comentarios:

  1. Hola! Yo pienso que la información que mandamos a la red está almacenada, sí, pero a no ser que sea potencialmente peligrosa, no es interesante. Con la ingente cantidad de mensajes, videoconferencias, llamadas y fotos que hay, sería imposible verlas y estudiarlas todas. En ese aspecto, no me preocupa lo que hagan. No escribo acerca de nada peligroso ni nada que atente contra la seguridad nacional, por lo tanto no creo que sea necesario inquietarme por si los mails, fotos o comentarios que mando son interceptados.
    Como dices en tu última frase, debemos únicamente relajarnos, y disfrutar.
    Y papi, yo también me alegré mucho de veros!

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  2. Hola! En este texto se cuentan muchas verdades, como por ejemplo, que toda la información se guarda en un sitio en concreto, y eso ya lo sabía, ya que ya me lo habían dicho, aunque sí hay que tener cuidado a la hora de poner cosas en Internet, ya que lo que se suele decir: ¡cualquiera puede verlo si está en la red! Aunque no hay porqué preocuparse siempre que se vaya a subir algo por si alguien lo ve, siempre que no sea nada que te pueda perjudicar a ti o a otra persona, no es realmente importante. Así que hay que disfrutar de las nuevas tecnologías y aprovechar de ellas, como bien ponía en tu última oración.

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