domingo, 26 de agosto de 2012

La MEJOR OPCION: ¿asesino, drogadicto, ladrón?



Todos nosotros ya desde niños muy pequeños hemos sido educadas en una sociedad con millones de reglas (muchas de ellas una auténtica m. de reglas).

Antes de seguir quiero decir que la “m.” que puse y pondré delante de esta sociedad de m. para mí significa una cosa clarísima: maraña, pero desde luego que podría significar lo que todos estamos pensando. Y digo yo, si todos lo estamos pensando, algo de cierto será. Bueno, sigamos a lo principal:

Maraña de leyes: leyes hipócritas y que casi siempre favorecen al que tiene el poder.

Dependiendo del éxito que nuestros padres, colegios, centros correccionales, pandillas callejeras o lo que sea, hayan tenido en publicitarnos sus puntos de vista y lo que nosotros hayamos querido entender, elegiremos (de una manera consciente o inconscientemente) en qué liga vamos a jugar nuestra vida.

GRAVE Y COMPLEJA DECISIÓN, que en absoluto debería consistir en dejarse llevar. No podemos regalar nuestro destino, nuestro futuro. Al fin y al cabo sólo tenemos una vida, que además dura lo que dura (y aunque al principio del camino se nos hace casi infinita, según van pasando los años y vamos captando su dimensión verdadera vemos que pronto se acaba y que fue cortísima).

Por ello, el tesoro más preciado que tenemos, no podemos dejarlo en manos de los padres, ni profesores, ni amigos, ni enemigos, ni colegas, ni curas, ni payasos, ni sabiondos, ni nada de nada. SI ME EQUIVOCO EN MI VIDA, EN HABER ELEGIDO UNAS CARTAS Y NO OTRAS, DEBO EQUIVOCARME YO (y disfrutar de mi propia equivocación, pero nunca estarme lamentando porque otros se equivocaron al elegir mi destino por mí).


Sólo yo, adolescente, futuro adulto y futuro muerto soy quien debo elegir  qué liga quiero jugar. Y lo voy a elegir con los colegas (buenos tíos siempre, pero drogados, asesinos, chulos, funcionarios, macarras, chupa culos, políticos, banqueros, pijos, chonis o la p. que los parió), o con los padres (siempre manipuladores, que no se enteran, que quieren decidirnos nuestra vida) o con los profesores o con cualquier otro varipinto elemento de la más rara clase.

Bueno, pues esa elección, me rodee de quien me rodee, DEBE SER MÍA y no de ellos.

Y dicho esto, continúo:


Si nuestra educación fue realizada más o menos sin demasiados sobresaltos dentro de lo que pretenden los valores que consideran buenos quienes nos gobiernan (todas sus leyes y reglas en todos los ámbitos de nuestra vida)  estaremos preparados para sobrevivir en esta selva-sociedad con bastantes garantías de éxito.

Si por el contario, fuimos educados para sobrevivir apartados del sistema socialmente aceptado e impuesto por los gobernantes, tendremos posibilidades de sobrevivir durante un tiempo contra el sistema, pero un tiempo menor, que dependerá de la manera en qué nos apartamos del sistema socialmente aceptado e impuesto.

Así, si elegimos por ejemplo una opción de consumir drogas, durante un tiempo, en el grupo en que estemos, vamos a sobrevivir bien, y sobre todo al principio (en todo hay una luna de miel con casi todos sus momentos buenos, luego una fase de consolidación y luego una fase terminal). Pero seguramente el tiempo en que viviremos felices con esa opción será mucho menor que si elegimos otra opción social (y médicamente) aceptada por la sociedad. Igual ocurre si elegimos robar, asesinar o separarnos de cualquier manera de lo aceptado socialmente: nuestro período potencial de respirar y vivir felices disminuirá sensiblemente con respecto a haber elegido una opción socialmente aceptable.

Ahora bien, el caso es que para ti, las opciones socialmente aceptables sean válidas, porque si lo son, si eres capaz de integrarte en la sociedad y desarrollar tus capacidades para vivir en ella (con todas sus trampas y peligros, más o menos como otra cualquier selva, tanto selvas de verdad, como la selva en que se mueven los asesinos, drogadictos o cualquier otro antisistema), será la mejor opción en cuanto a que una vez que te integres en ella y logres ser feliz, podrás serlo durante mucho más tiempo (todo el resto de tu vida, que además se verá protegida y seguramente incrementada por el propio sistema, que así premia a los suyos y de alguna manera perjudica o “pasa” de quienes no supieron leer, entender y luego utilizar en su propio provecho los recursos que les da la selva en que están, con tantas lianas, agujeros, leones, serpientes, plantas venenosas, depredadores, hienas, reptiles, ratas, pero que sabiendo vivir en la selva, de todos esos peligros se podrá (y deberá) obtener provecho. Igualmente en la selva en que vives (la m. de sociedad que tenemos) hay infinidad de elementos de todo tipo (reglas, leyes y leyes y cosas absurdas) que a una persona todavía no preparada para sobrevivir en dicha selva, se le antojan todo peligros, traiciones y cosas de las que hay que huir (como de las plantas y animales venenosos o peligrosos en la selva), pero que al igual que en la selva, una persona bien preparada, podrá aprovechar y utilizar a su favor: no hay nada malo malísimo ni nada bueno buenísimo: todo tiene cosas buenas y cosas malas, dependiendo de quién sea y cómo esté preparado el que se encuentra con todos esos elementos.


Las personas que van a clase (y que no se escaquean de esa primera obligación que se les impone para hacerlos pasar por lo que el sistema poderoso impone) ya están sometiéndose y aceptando las reglas del sistema social en que vivimos. Suspendan o aprueben, ya están entrando a conocer las reglas de esta m. de selva.

Luego, si son buenos estudiantes y van aprobando todas, hacen la ESO, estudian idiomas, preparan una oposición o se apuntan a la lista del paro, siguen metiéndose más y más en el sistema, en esta selva en la que vivimos todos y llevarán primero unos meses (los de guardería), luego unos pocos años y enseguida 20 años aprendiendo a vivir en esta sociedad.

Obviamente, si llevamos un aprendizaje de 20 años para vivir en esta selva, y fuimos más o menos entendiendo lo que nos enseñaban y lo que no, parece que la selva en que tengamos más éxito para sobrevivir será ésta y no otra. Y más teniendo en cuenta que en esta selva hay infinidad de protecciones que nos permiten vivir sin matarnos unos a otros y sin que abusen de mí mis iguales (el poderoso sí que abusará cuanto le salga del gorro, como lo vino haciendo siempre: quien puede abusa y nos joroba a los demás, y los demás nos aguantamos).

Si a los 13 ó 14 años de aprendizaje en esta selva socialmente admitida, decidimos cambiar y meternos en un grupo nuevo (por ejemplo una pandilla con sus propias reglas, y que pongamos que pasa olímpicamente de las leyes de la sociedad) tenemos que aprender rápido y estaremos más expuestos a los caprichos de los poderosos de ese grupo (seguramente no tendrá leyes que publique en ningún boletín oficial del estado, ni administración judicial para impartir justicia, ni otros elementos de protección que ayudan a los buenos chicos frente a los malos). Si desde pequeñitos no mamamos ese grupo y nos hicimos más o menos con el control, va a ser un auténtico fracaso nuestra incorporación tardía a ese grupo, con todo lo que llevamos aprendido del otro y vamos a estar desprotegidos ante los numerosísimos peligros que esa selva también tendrá, y casi con toda seguridad nuestras expectativas de vida feliz se verán drásticamente reducidas con respecto a la elección de vivir de una manera socialmente aceptada (es decir, aceptada por el poder mayoritario actual)

Sin embargo, cada uno debe elegir lo que quiera, y no lo que quieran los colegas, ni padres, ni madres. Y una vez que eliges  ser auténtico en tu elección y no andar con dobleces, pues si en el sistema social el castigo puede ser severo, dependiendo del error que hayas cometido, no te digo nada si elegiste un grupo al margen de la ley: ahí el castigo, al estar al margen de la ley puede ser el que impongan el poderoso de turno, y no vas a tener la posibilidad de chivarte a nadie antes de que recibas el castigo que ese poderoso de turno te ponga. Y luego será tarde para venir a quejarte a las autoridades de la “selva socialmente aceptable” y de la que tú decidiste alejarte.

En esta selva socialmente aceptada, si un vecino nos roba, nos mata, nos pega, nos hace cosas malas, puedo quejarme y la justicia seguramente castigará al malo (esto ocurre siempre, con sus fallos, pero ese siempre es siempre y cuando no afecte al muy poderoso, que es tratado de manera diferente). Pero si estás por ejemplo en un grupo de traficantes de drogas, armas, personas, o cualquier otro grupo antisistema, como la pringues, posiblemente el castigo no estará recogido en ningún código penal publicado en el BOE, sino que el poderoso de turno te lo aplicará ipso-facto, con los peligros que ello supone para que puedas llevar una vida feliz y larga.


Mi consejo es que sólo te integres en un grupo fuera de la ley si estuviste viviendo y mamando de  él desde pequeño y si por el contrario estuviste yendo a clase todos los días, te va a ser más provechoso guarecerte dentro del propio sistema social, por muy mal y putrefacto que esté: ya se irá cambiando (eso sí, poquito a poquito, pues cualquiera le modifica nada al poderoso enfrentándose abiertamente a él).

Los que fuimos a clase todos los día, debemos elegir la selva en la que aprendimos a vivir, y sacarle provecho y conseguir una vida lo más feliz que podamos, estando protegidos por el propio sistema. Y debemos apartarnos de las selvas desconocidas, pues todas ellas nos depararán sorpresas, más o menos desagradable en algún momento y a la larga no vamos a ser más felices sometiéndonos a otros poderosos. ¿Qué más da que obedezcamos a unos que a otros? Bueno, bajo mi punto de vista, siempre es mejor obedecer a quienes tienen unas reglas escritas publicadas en el BOE que a quien pone y quita sus reglas cuando le da la gana y no las publica.


Así, que pequeños y pequeñines, para defendernos dentro de esta sociedad, posiblemente la mejor opción (atendiendo a las posibilidades de supervivencia más o menos cómoda para nosotros) va a ser aceptar cuanto antes las reglas de esta sociedad y ya intentaremos modificarlas desde dentro, pero siempre desde el propio sistema, sometiéndonos a él y aportando nuestro grano de arena para tratar de hacer una sociedad cada vez algo más justa, que si lo analizamos correctamente, es lo que cada uno debemos pretender: ver al otro como a nosotros mismos. Eso sería la justicia, humana, divina o lo que sea: “amarás al prójimo como a ti mismo”



domingo, 19 de agosto de 2012

REACCIONES DESPROPORCIONADAS

Muchos jóvenes, niños, niñas, e incluso adultos, pensamos que nuestros deseos deben o deberían ser ley para todos y, en ello, tiene al menos parte una educación excesivamente permisiva bien para uno de los hermanos o para todos.

¿Por qué a uno de los hermanos se le concedió ese permiso extra y a otros no? Las circunstancias siempre suelen ser la respuesta, circunstancias que eso sí, varían mucho de unos a otros: porque el niño era el que más rabietas cogía y el que más alborotaba si no se le daba lo que quería, o porque era muy avispado y sabía conseguir casi siempre lo que pretendía, o porque apoyaba a los padres en sus actuaciones severas para con otros hermanos, o simplemente porque era el hermano más reflexivo, sensato, comedido y que, por tanto, solía apaciguar cualquier conflicto familiar.

Si el caso fuera el último (el del hermano reflexivo que apacigua en vez de exaltar) se tendría ganado ese derecho, pero ni que decir tiene, que ahí no habría problema jamás de que se convirtiese en un vendaval que desarbolase a los barcos menos protegidos en esas circunstancias, sino que trataría, contra viento y marea, de ponerse a su lado y protegerlos él. Por lo tanto muy probablemente nunca sería quien respondiese de manera desproporcionada.

Pero los otros sí: cualquier de ellos en un momento cualquiera, por un motivo cualquiera, podría sorprender a propios (a éstos menos) y a extraños con reacciones totalmente desproporcionadas al supuesto mal recibido. Es como si por pedirte un pordiosero un dinero tú le disparases por si acaso.

Todas las personas, tanto niños como adultos (y éstos muy especialmente) debemos tener cuidado de controlar nuestras reacciones ante los graves problemas que nos depara la vida y también ante los problemas nimios como podrían ser supuestas ofensas, agravios o dudas sobre nuestra capacidad de poder.

Lo habitual entre los niños pequeños incorrectamente educados es que respondan de la manera más contundente de que sean capaces ante cualquier contratiempo, real o imaginario que éste reciba, por pequeño que sea.

Las personas (y por tanto también los niños y no sólo los adultos) debemos esforzarnos siempre por no dejarnos cegar por la ira del momento (muchas veces poco o nada fundada) y nunca debemos reaccionar de manera exagerada con gritos o portazos. Tampoco debemos extender el castigo ni ofender a quien es amigo o familiar del que supuestamente nos ofendió simplemente por el hecho de ser familiar.

Y debemos, como decía la madre de un amigo mío, pensar 2 veces antes de actuar en relación a lo que creemos una ofensa recibida. Ponernos en lugar del otro y tratar de comprender si el agravio recibido es merecedor o no de una reacción severa por nuestra parte, o si por el contrario, es una nimiedad que no merece ni siquiera respuesta o como mucho, una respuesta sarcástica, irónica, inteligente.

Muchísimas veces segana muchísimo más con la respuesta inteligente que con la reacción violenta. De hecho la violencia suele genera respuesta violenta, mientras que la respuesta inteligente, genera bien desconcierto, bien no genera nada, o bien señala claramente el potencial intelectual del ofendido y su capacidad de autocontrol (todo ello, por otra parte, beneficioso para ir creándose una reputación buena en su transcurso por el camino de la vida).

En resumen: antes de una reacción violenta debemos valorar el daño sufrido y, sólo después de valorarlo, reaccionar: siempre que sea posible de una manera inteligente utilizando el arma más poderosa que tiene el ser humano (el lenguaje y con él la capacidad de razonamiento) y sólo en muy contados casos de forma física. Pero sea como sea NUNCA DEBE SER DE FORMA VIOLENTA, NUNCA CON IRA, sino respuesta meditada, valorada y proporcional a la ofensa recibida. Eso nos granjeará el respeto de los demás por razón de nuestra valía (que es lo que perdurará siempre) y no por nuestros exabruptos, agresividadad o amenazas explícitas o veladas (que sólo durarán mientras se tengan los elementos ó cómplices precisos para seguir amedrentando al otro)

viernes, 17 de agosto de 2012

Qué bonito Skype y... ¡QUÉ PELIGRO!

Hace años, cuarenta más o menos, mis abuelos, que hacía muy poco que tenían teléfono decían: ¡qué maravilla poder oír a otros al momento estando tan lejos! y añadían con verdaderas ganas "y que bonito sería si se pudiesen también ver!

Efectivamente: qué bonito sería poder ver a ese familiar o amigo en la emigración que igual hacía 10 ó 15 años que no veías y que casi nunca hablabas con él: sólo había las cartas, que se guardaban como un tesoro. Todas tan bien escritas con letra de cuento de hadas, aunque eso sí: unas estarían escritas por los propios emigrantes -las menos- y otras muchos por "estudiados" que se habían cuidado de perfeccionar su letra para poder obtener unas perras con ese empleo o más probablemente pluriempleo.


Y hoy hace diez minutos, cuando mi cuñada le estaba enviando un comentario al blog de mi hija, recién llegada a KENTUCKY, vemos en una esquina del ordenador un bocadillo que dice ¡LAURA ESTÁ CONECTADA!

Charo de inmediato nos avisa a todos (el Skype me lo había instalado mi hija este lunes justo antes de marcharse y me había dado una ligera clase que yo ni siquiera había entendido). Me puse muy nervioso y maravillado al ver a mi hija en el otro lado y empezamos todos a hablar como locos, hasta que ella nos dijo que encendiésemos la cámara, que no nos veía. Bueno, pues hasta que dimos pulsado el botón de la cámara pasó un tiempo que a mi me pareció interminable: en ese tiempo bajó mi otra cuñada de la planta de arriba de la casa, mi hija, mi hijo y mi mujer que se acabada de acostar, y yo y mi otra cuñada estábamos hablando por los codos con la niña que no nos podía ver.

Discutiría con cualquiera si me dijese que la alegría que yo llevé al ver y escuchar a mi hija en Kentucky no es la misma que la que tendría el hermano o el padre del emigrante que llevaban 5 años sin hablar ni ver a su familiar. Fue maravilloso: para mí (paleto informático y que nunca antes me había conectado a Skype) fue algo sublime. ¡Tenerla al alcance de la vista y del oído, y gratis!. Eso era demasiado.

Por eso, a pesar de estar totalmente vendidos a los gigantes de internet que disponen de estos maravillosos programas que mueven y almacenan trillones de datos (y dentro de nada hasta gogoles, que por si alguno de vosotros no lo sabe es un 1 y 100 ceros, es decir es un montón de trillones de trillones de trillones, en concreto diez mil millones de trillones de trillones de trillones de trillones de trillones, casi nada). Toda esa información, segundo a segundo, si no lo pueden tener ya, lo podrán tener dentro de muy poco tiempo almacenada en sus cada vez más capaces discos duros, y con ella sabe Dios qué mente podrá pergeñar qué se va a hacer con ella.

Igual que las conversaciones o las videoconferencias o correos que enviamos a la red, las fotos también pueden ser y, de hecho son, archivadas en sus enormes discos duros.

Pero, bajo mi punto de vista, de lo único que debemos preocuparnos es que no le permitan a nuestro vecino que las vea o acceda a ellas sin nuestro permiso, porque si por algún designio divino o humano a algún gobierno -bueno, malo o malísimo- se le ocurre gestionar y utilizar toda esa ingentísima información que en forma de unos y ceros está almacenada en algún sitio podrá ser muy bueno o muy aterrador para todos nosotros.

Pero lo que si es cierto es que a nadie le debe caber duda que en algún sitio está almacenada toda esa información, pues mucho antes que nosotros los que mandan supieron que INFORMACIÓN = PODER y el poder es lo que siempre buscaron los seres vivos y muy especialmente el ser humano: poder sobre los demás. Obviamente, si tienen capacidad para tener poder (es decir, información) no la van a tirar a la basura.


La almacenarán pacientemente y luego ya verán cómo la utilizan: se están convirtiendo en dioses que saben más de nosotros que nosotros mismos, porque sus memorias son mucho mejores que nuestro cerebros, y encima pueden acceder a absolutamente a todo lo almacenado.

Los seres normales que empezamos con el ms-dos e incluso con el cpm en los amstrad o spectrum hace casi 30 años nunca pudimos imaginar que se pudiese almacer tan ingente cantidad de información en tan poco espacio y que se pudiese gestionar de manera tan rápida, como hace por ejemplo google al pedirle que nos busque algo: lo encuentra de inmediato, aunque esté en el último ordenador conectado del mundo, sólo tarda unas décimas de segundo. Podemos decir que eso es con la palabra escrita (en múltiples idiomas), pero estoy seguro de que lo mismo será -o ya puede ser- para la palabra hablada por videoconferencia o incluso para los gestos -con todos los avances en reconocimiento facial, etc.)

Pero no podemos hacer nada: o estamos y confiamos en que nuestros dirigentes todo poderosos sigan necesitándonos para algo o queriendo tenernos por capricho o si no, no nos quedaría otra que desconectarnos del mundo ya, antes de que nos desconecten otros.

Es imposible hoy en día pretender pasar inadvertido a los gigantes de la información y un intento vano el pretender que no sepan muchísimo de nosotros, incluso sin ser conscientes de habérselo dicho. Por ello hay que ser persona normal y corriente como las que hubo en todas las épocas: sólo unos pocos fueron especiales (para bien o para mal) y el resto hicimos lo que ellos marcaron: AHORA EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN TOTAL DE TODOS, sigue siendo exactamente lo mismo, y es absurdo pelear contra ellos, así que RELAJARNOS Y DISFRUTAR de las videoconferencias trasatlánticas mientras sean gratis.


martes, 14 de agosto de 2012

Fotos en internet: PELIGRO MORTAL

Como buenas personas que somos -y también como nos imponen las leyes- TODOS tenemos derecho a la intimidad y a que no se distribuyan imágenes nuestras manipuladas o en poses comprometidas y tampoco -aunque salgamos muy bonitos- si no somos personajes públicos actuando en público, o, si no hemos dado nuestra conformidad antes.

Por eso, aunque podemos colgar todas las fotos nuestras que queramos con tal de ser mayores de edad o en caso contrario teniendo permiso de los papás y mamá, debemos ser muy cautos al colgar fotos de otros en la RED, pues si estamos con grupos de personas puede haber quienes no quieren que sus fotos se hagan públicas en internet.

Cosa distinta es, tal y como ocurre en las fotos que sacamos en la familia o en grupos de amigos, que generalmente hacemos copias y todos damos nuestro consentimiento tácito a quien las saca, pero con la convicción de que no va a hacer ningún  mal uso de esas fotos ni que por supuesto las va a enseñar a todo el mundo que quiera verlas. Sabemos que sólo las verán personas de su confianza, a las que invita a su casa y les permite estar dentro de ella sin temor a que le roben ni le hagan ninguna perrada.

Pues ese mismo cuidado que se tiene con las fotos en papel, se debe tener con las fotos en internet, pero hay que estar mucho más atento porque en internet, con el más mínimo fallo puedes haber expuesto a todo el mundo alguna foto inconveniente para tus amigos o familiares (y por supuesto también para tí), con lo que ello supone, máxime si ese amigo, ese familiar o tu mismo sois famosos o o podéis llegar a serlo algún día. O si la reputación que deseáis mantener entre vuestros grupos de amigos y conocidos se pudiese ver ahora o en el futuro dañada o menoscabada por haber publicado sin el menor control fotos -o cualquier otro archivo o comentario- a la postre dañino para vosotros

Por favor, no pongáis nunca fotos de nadie fuera de un álbum privado, salvo que sepáis perfectamente que tiene miles de fotos suyas en internet. Y aún en ese caso, aseguraros de que no sale en situaciones que le puedan resultar violentas -aunque él las haya puesto a cientos, pues si las pone él es su problema, pero si las ponéis vosotros puede ser un conflicto muy grande, además de poder perder al amigo o familiar-. Ya sabéis que yo puedo hacer todas las bromas de mí mismo que quiera, pero muchas de esas bromas que hago yo de mí mismo, si las hace otro a lo mejor me ofenden y hacen que me enfade con esa persona por mucho tiempo.

Igual que con las fotos, por favor NUNCA HAGÁIS COMENTARIOS DAÑINOS DE NADIE, ni siquiera de vuestro enemigos actuales, pues quienes hoy aparecen como enemigos, mañana pueden ser vuestro valedores, salvo que se encuentren realmente resentidos por haberles hecho algo muy grave según su punto de vista o muy vejatorio, vergonzoso, o que cuestiona públicamente su valía. Recordad que personalmente a un amigo o a un enemigo se le pueden decir incluso barbaridades si nadie lo oye, pues queda en una discusión entre tú y yo, y eso suele olvidarse, pero si hay testigos y la ofensa fue muy grande o se puso nuestro orgullo por los suelos, es muy probable que no se perdone nunca y se tenga por una chorrada un enemigo vivo que nunca se reconciliará contigo.


Por favor SER CAUTOS y en los álbumes privados aseguraros de que únicamente les dáis acceso a  las mismas personas a quienes les enseñarías con la máxima confianza vuestro álbumenes de fotos incluso con fotografías vuestras de pequeños con el culo al aire o haciendo horribles muecas o con caras espantosas.

Ni las mamás ni los papás suelen querer que sus hijos expongan a todo el mundo las fotos de sus papás, tíos, padrinos, etc. y tampoco de sus casas o lugares privados.

Y en este caso, por favor, para cumplir con los deseos de mamá (y también míos por solidaridad con ella) tú trata siempre de guardar la intimidad en los aspectos privados que nos afectan a quienes no tenemos fotos públicas en internet y no nos pongas en la red para que nos vean los 3 mil millones de internautas.

Igualmente, recuerda que no debes colgar en la red ninguna foto de los miembros de tu  familia y amigos americanos  ni de sus mascotas ni lugares que frecuentan si no tienes permiso expreso de ellos para hacerlo.

Como todos sabemos que las fotos de los seres queridos es muy importantes tenerlas cerca, sobre todo cuando nosotros estamos lejos, se hace aconsejable -según mi punto de vista- preparar álbumes privados en internet a los que únicamente puedan acceder los 10 ó 15 ó 20 familiares, donde podrán sentirse tranquilos y confiados, de igual forma que si en vez de estar sus fotos en ese álbum lo estuviesen en tu casa o en tu cartera

El blog "WONDERFUL FAMILY fotos (private) " sólo tiene un puñado de personas (familiares y amigos muy íntimos) que pueden acceder a ellas previa invitación sólo mía. Además no están indexadas en google ni en ningún buscador. Es decir: si alguien sabe que existen, no podrá acceder a ellas sin haber sido invitado previamente por mí; y si no sabe que existen NUNCA las podrá encontrar con google ni con ningún otro buscador, si es cierto a lo que se compromete la propia empresa que las tiene archivadas en la "nube de internet": google.

En álbumen públicos sólo puedes poner fotos de personajes públicos (artistas, políticos, etc) obtenidas en lugares públicos o de personajes no públicos que te hayan dado su consentimiento y que sepas que no vas a tener ningún problema por ello.

Sin embargo, NUNCA, NUNCA, nunca pongas fotos, por muy públicos que sean los personajes, donde se les vea en actitudes grotescas o en las que puedan sentirse mal, pues ¿para qué querrás enemistarte y granjearte problemas con nadie por una cosa que a ti no te va a beneficiar en nada?

A ser buenos y prudentes todos !!

lunes, 13 de agosto de 2012

Agradece los momentos buenos pero más, los MALOS

Buen viaje.

Viajar es observar, descubrir, aprender y, finalmente, participar en nuevas vivencias y con nuevas personas.

Es una riqueza, riqueza enorme que de otra manera no se consigue ni en 100 años.

Qué fácil lo tienes tú, que por fortuna, y por haber sabido utilizar y aprovechar las herramientas que la sociedad -tus padres, profesores, amigos, también internet, la televisión y, en muchos casos los pocos enemigos que por ahora tendrás- pusieron consciente o inconscientemente a tu alcance.

Tú, Laura, alerta a las oportunidades que se te presentaron, la mayor parte de las veces ágil, diligente, valiente, innovadora, inquieta y siempre con afán de superación, supiste interiorizar los consejos que te fuimos regalando unos y otros a lo largo de los años  y te preparaste para obtener importantes logros en una sociedad global que necesita personas jóvenes, buenas y solidarias como tú para, poco a poco, lograr un mundo algo mejor.

Recuerda que la oportunidad que tú ya acabas de recoger y que cosecharás a lo largo de los 10 próximos meses, te vino no sólo gracias a ti, sino gracias a todas las personas y las circunstancias que te rodeamos durante tus 16 años de vida, incluso gracias a las circunstancias adversas e incluso gracias a aparentes enemigos de tu infancia.

Tú debes estar agradecida a todos, y especialmente a las personas que tal vez por desconocimiento tuyo o retraimiento tanto tuyo como de ellos no consideras amigas, sino rivales. Todos nosotros hemos ayudado a formar tu carácter y a proporcionarte herramientas para que adoptes decisiones en los numerosos conflictos de toda índole que se te presentarán a lo largo de tu vida. Nos debes a todos nosotros, lo que ahora eres y lo que seguirás cosechando a lo largo de tu vida.

Y les deberás de manera muy especial a tu familia americana, y a tus amigos y enemigos que harás en Kentucky, la manera de abarcar decisiones complejas en el futuro.

Aprovecha todos los momentos, tanto los que en los efímeros instantes en que se producen te aparecen como positivos y maravillosos, como los que te aparecen malos e incluso horrorosos. De todos ellos, con las herramientas que llevas, sabrás obtener cosas buenas y positivas para ti. Y recuerda que de los que aprenderás más y fortalecerán tu carácter, tu responsabilidad y tu solidaridad con los demás serán precisamente los momentos malos, no lo buenos.

Yo, como tu padre, deseo premiarte con chuches, golosinas y azúcares, porque sé que te gustan y por ello te deseo que en tu nueva vida en KY saborees lo dulce y lo agradable.

Pero, como sabes muy bien, no sólo soy un padre que de vez en cuando desea cumplirte tus caprichos, sino que también te quiero y te admiro cada vez en más cosas, por lo que de todo corazón te deseo lo mejor para ti, y en ello está incluido que saborees (s-a-b-o-r-e-e-s) momentos difíciles y duros que te hagan sentirte desdichada y que, después de razonarlos e interiorizarlos sin pasión, los superes con solvencia. Eso te enriquecerá en lo esencial y contribuirá a fortalecer tu autoestima, seguridad en tí misma y comprensión ante actuaciones que te puedan parecer (o incluso ser) injustas contigo o con los demás.

Tú intuyes -porque yo te lo he dicho en varias ocasiones-  y también sabes -por experiencias propias- que en el camino de la vida se atraviesan muchas situaciones que pueden parecer injustas, pero que una vez superadas hacen que uno se sienta más seguro y satisfecho consigo mismo, precisamente por haber sido capaz de superar sin menoscabo en tus ilusiones ni en tu confianza momentos difíciles.

Lo fácil suele enriquecer poco, lo difícil, los obstáculos y los disgustos y sinsabores superados con solvencia TE HACEN MÁS RICA EN SEGURIDAD EN TI MISMA Y EN LOS DEMÁS.

Sabrás que los obtáculos y desgracias los superaste con solvencia si cicatrizaron correctamente sin dejar rencores ni odios ni ningún otro sentimiento que convierta tu optimismo en energía negativa.

Debes estar agradecida a las personas y situaciones que poniéndote a prueba logran  que, después de sentirte mal, te sientas fenomenal por haber superado los daños que tanto tus sentimientos como tu cerebro hayan podido sufrir.

Disfruta de lo bueno y muy especialmente de lo malo.

Y aprende no sólo de lo malo.

Por difícil que parezca, trata de aprender también de lo bueno: a quien saca 10 en todas su asignaturas le es muy difícil aprender algo más de lo que ya aprendió antes del examen, porque piensa que es la repera, que todo lo hizo bien.

Por eso obtener 10 en los exámenes muchas veces no es lo mejor, pues te hace creer -erróneamente- que eres la repanocha, cuando en absoluto lo eres, por eso, no es bueno obtener 10 mientras no se tenga la humildad y experiencia necesaria para saber que un 10 sólo es una nota más, casi igual que un 9 y poco distinta de un 5 o incluso de un 0 y que siempre uno puede -y si tiene tiempo debe- superarse para satisfacer a los demás y muy especialmente a sí mismo.

Que disfrutes de todos los momentos en Kentucky y compártelos humilde y desinteresadamente con tu familia americana que como tal te recibe.

Te quiero

Tu padre, padre de tus hermanos y marido de tu madre: José María